Los oftalmólogos
son los médicos que se dedican al estudio del ojo y de todas las estructuras
relacionadas con él. Para muchas personas con problemas visuales resulta vital
acudir a ellos, mientras que gran parte de la población aún subestima la
importancia de realizarse un control cada determinado tiempo, ya que no lo
considera necesario. Sin embargo, no son pocas las enfermedades que pueden
diagnosticarse a tiempo gracias a una consulta de este tipo.
Enfermedades
inesperadas
Además de los
trastornos en la visión, que pueden empezar a molestar a cierta edad o cuando
se fuerza al ojo demasiado en algunas actividades, muchas enfermedades pueden
ser detectadas cuando se visita al oculista. Aún sin molestias notorias, los oftalmólogos deben
estar dentro de la agenda médica cada año para descartar alteraciones que a
simple vista parecerían inofensivas, pero que pueden agravarse con el paso del
tiempo.
Enfermedades como
el glaucoma, la diabetes o el ojo vago en la infancia se detectan con un simple
examen de visión o fondo de ojo, y así puede comenzarse con el tratamiento
cuanto antes para evitar que la afección empeore irreversiblemente.
Una vez por año,
la clave
Los expertos
oftalmólogos recomiendan que al menos una vez por año se visite a un
profesional para un examen rápido que descarte problemas en los ojos y prevenga
enfermedades futuras. Para los más pequeños o los mayores de 40, se recomienda
que acudan de forma bianual, sobre todo en aquellos que posean enfermedades de
base que puedan terminar afectando la visión.
Aunque para muchos
el ojo es sólo ver, está íntimamente relacionado con el sistema nervioso
central e incluso enfermedades como el cáncer pueden ser detectadas por
oftalmólogos durante una consulta. Ciertos tumores cerebrales o en los vasos
sanguíneos que irrigan la región ocular tienen manifestaciones que sólo un
profesional de este tipo puede observar con mayor claridad.
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